Mitos y verdades sobre la presión arterial y sus mediciones

Mitos y verdades sobre la presión arterial y sus mediciones

En mi experiencia, hay mucha desinformación sobre la presión arterial. Muchos de mis pacientes llegan a la consulta con ideas equivocadas que pueden poner en riesgo su salud. Aquí te aclaro algunos de los mitos más comunes.

Mito 1: "Siento mi presión arterial alta, así que no necesito un tensiómetro."

Verdad: A la hipertensión se le conoce como el "asesino silencioso" por una razón. La mayoría de las veces no presenta síntomas. Confiar en cómo te sientes es peligroso, ya que podrías tener la presión arterial elevada durante años sin darte cuenta, lo que aumenta significativamente el riesgo de un ataque cardíaco o un derrame cerebral. La única forma de saberlo es midiendo.

Mito 2: "Solo necesito tomar mi presión cuando me siento mal."

Verdad: La presión arterial fluctúa a lo largo del día. Monitorearla solo cuando sientes dolor de cabeza o mareo no te dará un panorama completo de tu salud. La clave es la consistencia: tomar mediciones regulares a la misma hora todos los días te ayuda a establecer un patrón y a detectar cualquier problema a tiempo.

Mito 3: "Mi presión está alta, ¿me desmayaré o tendré un ataque de pánico?"

Verdad: Aunque una presión arterial extremadamente alta puede causar síntomas como dolor de cabeza o visión borrosa, raramente causa desmayos o pánico por sí misma. La hipertensión es un riesgo a largo plazo. Los picos agudos que no llegan a ser una crisis hipertensiva (más de 180/120 mmHg) no suelen ser una emergencia, pero sí una señal de que debes tomar cartas en el asunto.

El conocimiento es poder, especialmente cuando se trata de tu salud. Usar tu tensiómetro de forma correcta y regular te dará la información precisa que necesitas para cuidarte.